24 de marzo de 2016, BsAs
Estoy a punto de iniciar mi segundo viaje, el último de mi mochila, mi
gran compañera de estos últimos tiempos, la que fue de alguna forma mi casa o
más bien toda mi vida, porque cuando estas viajando por ahí durante meses sin
residencia fija tu mochila y todo lo que llevas en ella pasa a ser todo lo que tienes
en la vida.
Durante mi primer viaje por el norte de Argentina, Bolivia, Perú,
Ecuador y Chile entre Octubre de 2015 y Enero de 2016 aprendí a querer a esa
sucia mochila roja y gris como si fuera una parte de mí, a pesar de no ser de
gran calidad se banco el viaje de la mejor forma y recién en los últimos meses empezó
a descocerse en uno de los costados producto de la presión de viajar muy llena
durante esos tres meses y monedas que parecieron años y se pasaron volando como si
fueran días.
Mi mochila y yo caminando hacía el Machu Pichu. |
Una vez de vuelta en la casa de mis padres en Esquel la cosí como pude y
emprendí la aventura de la Huella Andina donde mi mochila además de llevar
todas las posesiones que tendría durante esos largos días de caminar por los
bosques y lagos de la Patagonia, también sería la cruz que debería cargar
durante las largas caminatas, después de las primeras horas ya no era un bulto
que llevaba colgado de mi espalda sino que paso a ser parte de mi cuerpo como si fuera
una gran joroba que me hacía caminar encorvado. Cuando llegaba al destino donde
debía armar la carpa para pasar la noche y me sacaba la mochila me sentía raro
como si me faltara una parte de mí.
Video de cruzando un Río con mi mochila al hombro durante la Huella Andina.
https://www.youtube.com/watch?v=lMaZdWd_JTA
Pero durante esos días fue donde mi querida mochila empezó a ceder, las
precarias costuras del costado se soltaron y se abrieron nuevas roturas
parecidas a los cortes que yo tenía en las piernas por caminar por bosques de vegetación muy cerrada en pantalones cortos. Por miedo de terminar el trayecto caminando con
todas mis pertenencias en las manos decidí abandonar esa aventura habiendo
recorrido solo la mitad de lo que tenía planeado (camine alrededor de 140 km en
una semana y media). Esto fue a mediados de Febrero.
Como ya tenía mi pasaje de vuelta a Buenos Aires (para empezar mi nuevo
viaje) sacado para el 21 de Marzo tuve que esperar más de un mes en Esquel, los
días pasaban más lento que de costumbre y yo analizaba que iba a hacer con mi
mochila. Mi viejo me ofreció que me lleve la suya que es de mejor calidad y está
en buenas condiciones pero yo decidí por cariño darle una oportunidad más a mi
compañera, con mucho amor la cosí y la parche en varios lugares. Esta vez cuando
se acercaba la fecha del viaje y preparaba las cosas traté de llevar solo
lo absolutamente necesario para que la mochila no estuviera muy llena y las
costuras no se vuelvan a soltar, entre las cosas que deje en Esquel están la
carpa y la bolsa de dormir.
Mi mochila antes de emprender su último viaje. |
Estas vez mi plan de viaje empieza por Río de La Plata, me voy a cruzar
en barco a Uruguay el lunes y seguiré por el Atlántico, o sea por la costa de
Brasil, aunque estoy abierto a cambiar mis planes en cualquier momento del
viaje, algo que aprendí en mi primer recorrido de mochilero.
La gran diferencia con mi viaje anterior es que esta vez ya tengo
experiencia en esto y hay un montón de miedos que ya no tengo pero la idea es
encararlo con la misma actitud que consiste en disfrutar todos los momentos y vivir mis días
al máximo, algo que comprendí que me cuesta mucho hacer cuando estoy en un lugar donde me
siento cómodo. Estoy seguro que durante estos meses voy a conocer mucha gente
con buena onda y que harán de mis días mágicos como lo fueron la última vez, quizás
también me cruce nuevamente con amigos que hice la última vez. A los nuevos y a
los viejos amigos les agradezco de antemano porque no me cabe duda de lo
importante que serán.
Volviendo a mi mochila, estoy seguro que esta vez no va a sobrevivir el
viaje y por lo tanto todos los días serán una despedida, lo cual me da mucha
tristeza pero esto no quiere decir que yo vaya a dejar de viajar cuando ella ya no este conmigo, igualmente y dependiendo de las circunstancias si quiero seguir viajando por el mundo voy a tener que
encontrar alguna forma de generar dinero para seguir cumpliendo mis
sueños.
Gracias a mi familia y amigos que me apoyan siempre y hoy más que nunca
voy a disfrutar los lugares por ustedes.
Pura Vida!
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