viernes, 25 de marzo de 2016

El ultimo viaje de mi mochila

24 de marzo de 2016, BsAs

Estoy a punto de iniciar mi segundo viaje, el último de mi mochila, mi gran compañera de estos últimos tiempos, la que fue de alguna forma mi casa o más bien toda mi vida, porque cuando estas viajando por ahí durante meses sin residencia fija tu mochila y todo lo que llevas en ella pasa a ser todo lo que tienes en la vida.


Durante mi primer viaje por el norte de Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y Chile entre Octubre de 2015 y Enero de 2016 aprendí a querer a esa sucia mochila roja y gris como si fuera una parte de mí, a pesar de no ser de gran calidad se banco el viaje de la mejor forma y recién en los últimos meses empezó a descocerse en uno de los costados producto de la presión de viajar muy llena durante esos tres meses y monedas que parecieron años y se pasaron volando como si fueran días.

Mi mochila y yo caminando hacía el Machu Pichu.


Una vez de vuelta en la casa de mis padres en Esquel la cosí como pude y emprendí la aventura de la Huella Andina donde mi mochila además de llevar todas las posesiones que tendría durante esos largos días de caminar por los bosques y lagos de la Patagonia, también sería la cruz que debería cargar durante las largas caminatas, después de las primeras horas ya no era un bulto que llevaba colgado de mi espalda sino que paso a ser parte de mi cuerpo como si fuera una gran joroba que me hacía caminar encorvado. Cuando llegaba al destino donde debía armar la carpa para pasar la noche y me sacaba la mochila me sentía raro como si me faltara una parte de mí.

Video de cruzando un Río con mi mochila al hombro durante la Huella Andina.
https://www.youtube.com/watch?v=lMaZdWd_JTA

Pero durante esos días fue donde mi querida mochila empezó a ceder, las precarias costuras del costado se soltaron y se abrieron nuevas roturas parecidas a los cortes que yo tenía en las piernas por caminar por bosques de vegetación muy cerrada en pantalones cortos. Por miedo de terminar el trayecto caminando con todas mis pertenencias en las manos decidí abandonar esa aventura habiendo recorrido solo la mitad de lo que tenía planeado (camine alrededor de 140 km en una semana y media). Esto fue a mediados de Febrero.


Como ya tenía mi pasaje de vuelta a Buenos Aires (para empezar mi nuevo viaje) sacado para el 21 de Marzo tuve que esperar más de un mes en Esquel, los días pasaban más lento que de costumbre y yo analizaba que iba a hacer con mi mochila. Mi viejo me ofreció que me lleve la suya que es de mejor calidad y está en buenas condiciones pero yo decidí por cariño darle una oportunidad más a mi compañera, con mucho amor la cosí y la parche en varios lugares. Esta vez cuando se acercaba la fecha del viaje y  preparaba las cosas traté de llevar solo lo absolutamente necesario para que la mochila no estuviera muy llena y las costuras no se vuelvan a soltar, entre las cosas que deje en Esquel están la carpa y la bolsa de dormir.

Mi mochila antes de emprender su último viaje.

Estas vez mi plan de viaje empieza por Río de La Plata, me voy a cruzar en barco a Uruguay el lunes y seguiré por el Atlántico, o sea por la costa de Brasil, aunque estoy abierto a cambiar mis planes en cualquier momento del viaje, algo que aprendí en mi primer recorrido de mochilero.

La gran diferencia con mi viaje anterior es que esta vez ya tengo experiencia en esto y hay un montón de miedos que ya no tengo pero la idea es encararlo con la misma actitud que consiste en disfrutar todos los momentos y vivir mis días al máximo, algo que comprendí que me cuesta mucho hacer cuando estoy en un lugar donde me siento cómodo. Estoy seguro que durante estos meses voy a conocer mucha gente con buena onda y que harán de mis días mágicos como lo fueron la última vez, quizás también me cruce nuevamente con amigos que hice la última vez. A los nuevos y a los viejos amigos les agradezco de antemano porque no me cabe duda de lo importante que serán.

Volviendo a mi mochila, estoy seguro que esta vez no va a sobrevivir el viaje y por lo tanto todos los días serán una despedida, lo cual me da mucha tristeza pero esto no quiere decir que yo vaya a dejar de viajar cuando ella ya no este conmigo, igualmente y dependiendo de las circunstancias  si quiero seguir viajando por el mundo voy a tener que encontrar alguna forma de generar dinero para seguir cumpliendo mis sueños.

Gracias a mi familia y amigos que me apoyan siempre y hoy más que nunca voy a disfrutar los lugares por ustedes. 


Pura Vida!