viernes, 30 de octubre de 2015

Iruya, al pie de las montañas

Mi ultimo rato en Humahuaca antes de emprender el camino hacia Iruya fue muy divertido. El domingo me levante temprano para ir a la comisaria a pedir el certificado que corrobora que estoy a mas de 500 km de mi domicilio y por lo cual no pude votar.

Como ese domingo al medio día jugaban los pumas la semifinal del mundial de rugby a los chicos del hostel se les ocurrió hacer un asado. Acompañado por el propietario del hostel, su hermano, un viejo que no paraba de hablar, una francesa muy simpática y un supuesto candidato a intendente de Humahuaca (nunca supe si era cierto o no) sufri la derrota de Argentina ante Australia con un rico asado y mucho fernet.


Asado en Humahuaca antes de partir para Iruya.
Después del asado me fui a la terminal para tomar el colectivo a Iruya medio entonado por el exceso de fernet. El viaje dura tres horas y transcurre a través de un camino muy angosto que corre al lado de muchos acantilados, realmente me saco el sombrero ante los chóferes de estos colectivos.

Iruya es un pueblo que esta a ambos lados del cause de un rió que corre entre las montañas y que parece salido de alguna película del señor de los anillos. Llegue casi de noche y me aloje en un hospedaje llamado "Lupita" que me había recomendado Cynthia, la chica francesa que estaba en el asado en Humahuaca, en el cual cobran solo $50 la noche.

Apenas llegue me encontré con mi nuevo compañero de cuarto, Alan, un loco lindo de Avellaneda que sueña con volver a Brasil (donde vivió un tiempo) y se dedica a hacer malabares, el me condujo en ese mismo momento hasta la cruz para ver el pueblo desde su punto mas alto.

Al día siguiente salimos temprano hacia San Isidro, un pueblito a 8 kilómetros de Iruya que esta aun mas perdido en la montaña y que tiene unas vistas únicas (nada que ver con su tocayo de la provincia de BsAs). Alan ya había recorrido el camino durante los días anteriores pero se ofreció a acompañarme durante el primer tramo y ,ademas, asi podía buscar su celular que había perdido en el camino días atrás.

Una vez que llegue al final del camino de auto, la única forma de acceder al pueblo es una escalera sobre la roca en la que me sentía como Frodo trepando hacia el monte del destino. Después de pasar un rato en San Isidro emprendí la vuelta y poco antes de llegar nuevamente a Iruya me encontré con Alan que había hecho las pases con el rió y había encontrado milagrosamente su celular (funcionaba y todo, ¡increible!).

Como al día siguiente tenia que partir temprano, aproveche ese lunes para subir al mirador de casa grande (o mirador del cóndor) desde donde se ve todo el valle de forma hermosa.

Iruya desde arriba.

Recién a la tarde de ese lunes me entere los resultados de la elecciones y la verdad que ante tanta belleza natural, amabilidad y buena onda poco me interesaban, hay cosas muchos mas importantes que ver como gente con mucha plata se pelean por el poder y como el resto de la gente opina por redes sociales opiniones que nadie lee...

Ya el día martes salí a las 6 de la mañana con rumbo hacia La Quiaca (para llegar desde Iruya hay que volver a Humahuca y de ahí tomar otro colectivo) para ya empezar a pensar en abandonar el país con rumbo a Bolivia, donde seguramente me esperan nuevas aventuras.

Partiendo de Iruya a las 6 am.
Quiero destacar la buena onda de Cynthia en Humahuaca y sobre todo de Alan en Iruya con quien tuvimos muchas charlas y risas que no se olvidaran fácilmente. Les dejo la letra y el vídeo de una canción que el me recomendó sobre Iruya.



Espero que me recuerdes 
soy solo uno de los muchos que se van
un viajero agradecido del cobijo del abrigo
que le diste aquella vez
casi sin pedirme nada , me mostraste tu mirada
de un mundo diferente
es tu paso tan sereno
es tu paz y la simpleza         
con que eseñas a quererte
voy cerrando los ojos
anhelando verte otra vez
Voy cerrando los ojos
y me parece verte otraveez
escondida en la quebrada   
tu capilla te delata
y un pueblito derrepente
agradezco tus montañas            
tus sonrisas tus mañanas
y el Río grande
vos pintaste mis pupilas
con los colores de la vida
y la humildad de tu gente y solo cuando el río
deja pasar al que camina para llegar
hasta vos
voy cerrado los ojos anhelando verte otra vez
Voy cerrrando los ojos y me parece verte otra vez
voy cerrando los ojos anhelando verte otra vez
voy cerrando los ojos y me parece verte otra vez..
otra vez.


Pura Vida!

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